lunes, 20 de julio de 2015

El Palacio del Parlamento de Bucarest


Como era lógico, nuestra primera visita formal en Bucarest fue al Palacio del Parlamento, ese feo lugar que construyó Ceausescu. Feo objetiva y subjetivamente. Como edificio es uno de esos inmensos, sin personalidad, creados a la mayor gloria de un pseudo emperador. Es al mismo tiempo, el  símbolo de una época gris para el pueblo rumano. 

La visita era guiada y dirigida. Hubo que entregar el DNI para acceder. Supongo que porque ahora es la sede del Parlamento y el Senado rumanos.

Fue una pena de visita porque la guía no dio ningún juego. Ya lo habíamos leído en algún sitio que los guías no eran gran cosa, pero pudimos comprobarlo con esta chica que no hacía más que intentar hacer gracia con tonterías y dar datos de medidas, números y más números que al menos a mi no me dicen nada.
Nos hubiera gustado saber sobre el significado del edificio para ellos, pero parecía que pasaba de todo lo que había sucedido en Rumania antes del 89. En general, no sé si me equivoco, pero parece que la gente joven sabe poco de todo aquello; me recuerda un poco a muchos jóvenes españoles que no tienen ni idea de lo que era España antes del 75.

Por lo que había leído, pude comprobar in situ la barbaridad que habían hecho para construir ese edificio inmenso y el gran bulevar que parte de él. Para su construcción tuvieron que destruir barrios enteros, sobre todo de la zona judía de Bucarest. Allí fueron sepultadas casas, escuelas, sinagogas, iglesias…. ; en fin, para una chapuza de palacio, eso si, con magníficas escaleras y salones de mármol y madera, que para mi gusto son feos, feos.